lunes, 28 de noviembre de 2011

la cuestión social



Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. No obstante, ya desde finales de siglo XIX muchos elementos se conjugaron para transformar los problemas sociales en una cuestión social, como son, un contexto económico capitalista plenamente consolidado, marcado por una incipiente industrialización y un proceso de urbanización descontrolado que agravaron las malas condiciones de vida del trabajador urbano; una clase dirigente ciega e ineficiente ante los problemas y quejas del mundo popular; y, finalmente, una clase trabajadora que ya no estuvo dispuesta a quedarse de brazos cruzados esperando que el Estado oligárquico llegara a ofrecer alguna solución a sus problemas.

Fue a lo largo de estos años que se pusieron en marcha una serie de movimientos sociales que transformaron la cuestión social en un problema que afectó no sólo a los trabajadores sino a todo el país. Desde entonces, surgieron a la luz pública una serie de innumerables escritos, ensayos, artículos de prensa y tesis de grado que comenzaron a analizar sus causas y motivos, además de las posibles alternativas de solución. Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes.

La primera corriente se originó al interior del mundo conservador-católico, que a partir de la Encíclica Rerum Novarum adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una crisis moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que le correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto material como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia. En síntesis, más acción social y menos caridad.

En segundo lugar, existió una corriente liberal y laica vinculada al Partido Radical y donde también se incluyeron intelectuales independientes de clase media. Para ambos sectores, la cuestión social fue el resultado de un conflicto de clases, un problema estructural de la sociedad nacional, afectada por la falta de desarrollo económico, la explotación laboral, la inflación y la carencia de ayuda estatal hacia los más pobres. Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de regular el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores.

Una tercera tendencia, fue la corriente socialista, impulsada por sectores pertenecientes a la clase trabajadora. Para este sector, los problemas sociales fueron consecuencia de la propia existencia del Estado liberal y del sistema capitalista; y declararon que su solución no pasó por la acción caritativa de la clase dirigente ni por las medidas de corte proteccionista que reclamaron algunos liberales, sino que radicó en la acción y el poder autónomo de los propios trabajadores.

A pesar de sus diferencias, cada una de estas tres corrientes coincidió en la urgente necesidad de otorgar pronta solución a los problemas derivados de la cuestión social, que hacia el año 1920 se convirtió en una preocupante cuestión política, traspasando las fronteras de la opinión pública e insertándose de lleno en los planes del Gobierno y del Congreso Nacional.

El tema de la cuestión social es muy complicado y más en esa época, ya que no había tanta tecnología como en nuestros días. El transito rural-urbano todavía ocurre y seguirá ocurriendo en el futuro pero en menor cantidad, ya que esas ciudades que antes tenían un mal desarrollo industrial, cultural y económico, hoy en día han cambiado rotundamente, transformándose completamente en ciudades importantes para el desarrollo humano de nuestro país.

El conflicto entre trabajadores y el estado está muy patente en estos días, debido a los bajos salarios que reciben y a las malas condiciones de vida, esto a llevado a huelgas pero de un modo más pacífico, repitiendo algunas situaciones del pasado.

Los tipos de organizaciones que se han creado para defender a los trabajadores han sido necesarias para mejorar su condición de vida, las organizaciones creadas son las mutuales y los sindicatos, estos son una agrupación de trabajadores que tratan de defender sus derechos. En los problemas de los trabajadores no solo ellos han estado involucrados, sino que también la empresa donde trabajan ya que con las huelgas se quedan sin trabajadores y los más afectados son las familias de los obreros.

Pero sin embargo, y a pesar de todos los problemas ocurridos en el pasado y en la actualidad, se ha logrado mantener un cierto equilibrio, ya que si no se logra, absolutamente nada resultaría, y los sistemas económicos no surgirían ni nada evolucionaría.

En conclusión todos estos problemas ocurridos, según nuestra opinión, han sido necesarios para que la sociedad aprenda lecciones importantísimas con respecto a lo social y además para tener experiencia para los futuros problemas que tenga que enfrentar el país, ya que todo y absolutamente todo se aprende de los errores que se sufren al tener que resolver problemas de todo tipo.

Este trabajo para nosotros nos hizo recapacitar y aprender acerca de nuestra sociedad y sus actitudes frente a sus propios problemas con respecto a su medio laboral. Nos hemos dado cuenta que los problemas que ocurrían en la antigüedad se vuelven a repetir y de peor forma en estos días ya que estamos sufriendo una crisis mundial y nos vemos muy afectados por este hecho, pero nunca tanto como para tener tanto odio y tanta violencia entre proletariado y oligarquía así como era antes.

jueves, 27 de octubre de 2011

¿Cuáles fueron los conflictos de la guerra del pacifico?

La guerra del pacífico, conflicto entre Chile y las naciones del Perú y Bolivia, se desarrolló desde el 5 de abril de 1879, fecha en la cual Chile declara la guerra a ambos países, hasta el 10 de julio de 1883, fecha en la cual Chile triunfa en la batalla de Huamachuco. En 1878, el presidente de Bolivia Hilarion Daza, subió los impuestos a los productos chilenos y ordenó el remate de las salitreras. La situación provocó la ruptura de las relaciones chilenas con el gobierno boliviano .La flota chilena se dirigió al norte y llegó a Antofagasta tomando posesión de la ciudad.

Alrededor del año 1870, nadie pensaba que en la zona fronteriza entre Bolivia y Chile fuese un lugar donde, de un momento a otro, podría estallar una guerra. Como es cotidiano en la historia de los conflictos la causa principal fueron los recursos, en el caso de esta guerra fue  el guano el elemento por lo que se inciaron las disputas. El mismo era muy demandado por entonces, pues servía como el mejor fertilizante que se podía encontrar en el mundo, algo que en especial los países europeos, demandaban bastante. Por aquel entonces,  el Perú, otro de los protagonistas del conflicto, no tenía fronteras con Chile, hay que aclararlo.

Ahora bien, la Guerra del Pacífico tiene sus causas en la explotación que algunos capitalistas chilenos hicieron del guano en Atacama, territorio boliviano. Esto fue algo ilegal por supuesto y La Paz hizo sus reclamos respectivos. Santiago respondió que los límites con ese país se hallaban en el paralelo 23, y no en el 25 como sus pares bolivianos alegaban. Finalmente el presiden boliviano Melgarejo estableció los límites en el paralelo 24. Pero en el año 1871, este último fue derrocado y el nuevo gobierno desconoció lo pactado con Chile, lo que fue visto como una traición.  La gota que derramó el vaso fue el pacto defensivo  que Perú y Bolivia firman, conocido como el Tratado de 1873. Sin embargo, pese a su carácter pasivo, resulta inexplicable el por qué se le dio categoría de oculto, debemos dar énfasis a la palabra “categoría”, pues sólo era de nombre, ya que para los gobiernos de Argentina, Chile, Ecuador y otros países, jamás fue desconocida su existencia. Por otro lado queda patente que Perú y Bolivia sólo buscaban defenderse mutuamente en caso de cualquier agresión, debido a que luego de la firma del mismo, no se embarcaron en una carrera armamentista. El gobierno de Santiago,  en cambio, tenía efectuado ya un plan expansionista, y prueba de ello, son los blindados Cochrane y Blanco Encalada, así como los cañones Krupp, los que no tenía competencia en la región.
Mientras los capitalistas ingleses, chilenos,  y en menor medida,  peruanos y bolivianos, estaban en Antofagasta (capital de Atacama), disfrutando de la fiebre del salitre. En 1874 La Paz y Santiago vuelven a firmar otro pacto en el cual se ratificaba el paralelo 24 como el límite de ambos países, y además Bolivia prometió no aumentar los impuestos respecto de la explotación del salitre en 25 años, mientras que Chile renunció a explotar los minerales en Atacama. Sin embargo,  todo empezó cuando Hilarión Daza, un boliviano declarado anti-chileno, llega al sillón presidencial. Una de sus primeras medidas fue tratar de entenderse con los capitalistas chilenos y extranjeros de la Compañía anónima del salitre. Al final, harto de tantos obstáculos, en el 78 exigió que la empresa le pague unos 90 mil pesos como derechos adeudados, a partir del año siguiente, el 14 de febrero exactamente, conocida como la Ley de los diez centavos por cada quintal de salitre exportado desde Antofagasta. Pasó un año de negociaciones infructíferas, y recién el 1 de febrero de 1879 Daza reivindicó las salitreras de la compañía para Bolivia confiscando sus bienes para un remate. Obviamente, Chile no tardó en reaccionar y reunió unos 500 soldados que se embarcaron en el Cochrane, el Blanco Encalada y en la corbeta O´Higgins. Sin previa declaratoria de guerra, llegaron a tomar el puerto de Antofagasta sorpresivamente y sin más dilaciones anunciaron que se reivindicaba todos los territorios al sur del paralelo 23 para Chile. No mucho después, los chilenos ocuparon toda Atacama y sus buques comenzaron a patrullar los mares aledaños. Bolivia se despidió en aquel febrero de 1879, de tener un mar propio, hasta la fecha.

Obviamente, tal situación dejó tremendamente comprometido a un país que, en teoría, debía estar ajeno. Nos referimos al Perú. A Santiago fue enviado el ministro de este país, llamado José Antonio de Lavalle. Algunas fuentes citan que a su llegada los chilenos se ensañaron con el consulado peruano en Valparaíso arrancando el escudo de la fachada, y quemando inclusive negocios y propiedades de ciudadanos peruanos en ese lugar. Al llegar frente de las autoridades chilenas, Lavalle declaró no conocer del Tratado del 73 debido a que había estado en Europa, cuando el documento le fue puesto en cara. Sea como sea, en medio de todo ese sombrío contexto para las tres naciones, Bolivia le declara la guerra a Chile y exige que cumpla lo estipulado en el dichoso tratado. Santiago le pidió a Lima, asimismo, mantenerse neutral. Al final, ante la indecisión de los peruanos y su clara tendencia a permanecer fiel a Bolivia, los chilenos le declaran a la guerra a Perú el 5 de abril de 1879. De hecho, no se perdió mucho tiempo y los barcos la Esmeralda y la Covadonga, bloquearon el puerto peruano de Iquique ese mismo día.

Como Perú y Chile eran dos países con un largo litoral, la guerra primero iba a definirse por mar. Ambos eran también los únicos que contaban con escuadra, pues Bolivia carecía de una. Veamos el poderío de ambas armada. Por un lado tenemos a Chile, cuya Marina estaba dirigida por el almirante Juan Williams Rebolledo. Entre sus unidades tenemos a los citados acorazados Cochrane y Blanco Encalada de 3650 toneladas cada uno, seguido de las corbetas Chacabuco y O´Higgins, los buques de madera Esmeralda, Covadonga, Magallanes y Abtao. Además tenían alrededor de quince barcos de transporte destacándose el Rímac y el Matías Cousiño. También hay que resaltar que los chilenos habían seguido un modelo al británico, y sus marinos estaban bastante mejor preparados y entrenados para la guerra.
Por el bando peruano la Marina estaba comandada por el almirante Miguel Grau, y tenía a la fragata blindada Independencia de 2004 toneladas, el monitor blindado Huáscar, la corbeta de madera Unión, y otros barcos como el Pilcomayo y los viejos monitores Manco Capac y Atahualpa. Estos dos últimos, empero estaban deteriorados y sólo podían flotar. Los transportes peruanos sumaban el Chalaco, la Oroya, la Limeña y el Talismán. La marina del Perú en sí, no estaba preparada para la guerra, y según el historiador peruano José Antonio del Busto, muchos de los barcos enlistados habían sido reclutados a estibadores y fleteros.

Para que no queden dudas de que Chile estaba bien pertrechado y preparado, hemos citado que sus barcos ya se paseaban por las costas bolivianas y más tarde peruanas tras la declaratorio de guerra. En cambio, en el puerto del Callao en Perú, la improvisación era lamentable. Sólo a mediados de mayo, el Independencia y el Huáscar estuvieron listos para llevar material humano y de guerra hasta Arica. Una vez dejaron allí lo necesario, incluyendo al presidente y general peruano Mariano Ignacio Prado, ambas naves partieron a Iquique.

Pero Chile ya estaba enterado de estos movimientos realizados por sus enemigos, por lo que envió su flota a interceptarlos, sin embargo, debido a la niebla, ambas se cruzan sin detectarse.

Ese enfrentamiento tendría lugar el 8 de octubre de 1879 cuando el Huáscar siempre liderado por Grau, partió de Antofagasta junto con la corbeta Unión rumbo al norte. Se percataron que el Blanco Encalada, el Marías Cousiño y la Covadonga les cerraban el paso al noreste, y cuando quisieron marchar hacia el noroeste, allí estaba el Cochrane, el O´Higgins y el Loa. Grau le permitió al Unión marcharse y se preparó a enfrentarse solo a esa gigantesca flota alrededor de las 9:18 de la mañana.

jueves, 29 de septiembre de 2011

¿la ocupación de la Araucanía?



Como vemos la ocupación de la Araucanía constituía por varios asuntos de incorporaciones de  territorios ocupado ya aun con los mapuches constituida por herráis del estado chileno a fines del siglo XIX, ya que  en 1960 destino varios rasgos de incorporación pese a los efectos   pese a las consecuencia también tono pártete de la sociedad una soberanía nacional lo que produjo un percance  sobre el sometimiento de la guerra del pacifico lo que tomo gran interés sobre la economía  reconociendo variedades de fértiles tierra y también coincidiendo ejercer y comprobar y ejercer las transformaciones de las tareas hereditarias .


En 1861, el presidente José Joaquín Pérez Mascayano inicia la ocupación de la Araucanía (denominada en los documentos oficiales chilenos como pacificación de la Araucanía), zona que comprende los terrenos ubicados entre el río Biobío, por el norte, y Toltén por el sur. Fue un proceso de invasión militar y aculturación de los territorios mapuches autónomos por parte del estado chileno. Se prolongó durante casi toda la segunda mitad del siglo XIX.

En estas tierras habitaban más de 190 mil indígenas, compuestos por los pueblos pehuenches y mapuches. Dicho territorio se había mantenido rebelde a partir de la denominada Guerra de Arauco ante el dominio español durante la Conquista de Chile y todo el período colonial de Chile, sin que ningún bando venciera claramente.


Luego de la independencia de Chile, ya en el período republicano, se ordenó la celebración de un parlamento general con los mapuches que habitaban al sur del río Biobío, con la finalidad de acordar el estatuto que regularía las relaciones entre la naciente república y el pueblo mapuche; realizándose así el Parlamento de Tapihue en enero de 1825. Sin embargo posteriormente sucedieron diversos hechos que obligaron al estado chileno a destinar recursos a la zona de la frontera.


Además, durante la Revolución de 1851, el general José María de la Cruz, líder del movimiento golpista, reclutó a varios loncos mapuches y sus clanes para alzarse en armas contra el gobierno, esto lo pudo lograr gracias a la relación de amistad que mantenía el general con los caciques, entre ellos Colidí. Cuando su insurrección fue aplastada por el general Manuel Bulnes, los caciques en vez de rendirse junto a De la Cruz se replegaron a la frontera junto con varios miembros descolgados del antiguo ejército, dedicándose al pillaje y al robo de ganado, por los siguientes 4 años. Esto motivó al gobierno a movilizar al segundo batallón del segundo de línea, hasta enero de 1856.


Esta etapa contempló la ocupación total de la Araucanía y su consolidación, y con ello la unión efectiva del territorio Chileno. De ese modo, el gobierno chileno llevó finalmente a cabo uno de sus principales proyectos de Estado, anhelado incluso desde la época de los españoles, quienes en el período colonial no lograron instalarse en la Araucanía.


Tras su derrota, los mapuches fueron concentrados en "reducciones", pequeñas reservas generalmente separadas unas de otras por áreas ocupadas por inmigrantes chilenos y europeos, para 1929 existían 3.078 reservas comprendidas en 525.000 hectáreas que eran consideradas una concesión del estado chileno y de propiedad comunal para los indígenas y que recibían el nombre de "títulos de merced". Usualmente la tierra asignada, que representaba el 6.18% del territorio ancestral mapuche, era de clima severo e infértil lo que unido al antiguo estilo de vida seminomada de los mapuches y a su organización social de clanes y familias generaron conflictos internos entre ellos, sin embargo los mapuches demostraron una gran capacidad para adaptarse a esta nueva situación.


En los territorios ocupados se les entregaron tierras a colonos chilenos y europeos, principalmente españoles, alemanes, franceses, italianos, ingleses, suizos y del resto de Europa, en total al año 1901 llegaron 36.000 europeos, 24.000 contratados por la agencia de colonización y 12.000 llegaron por sus propios medios.


En 1934, 477 campesinos y mapuches que se habían rebelado contra, los que consideraban, abusos por parte de los administradores de los aserraderos instalados en la recientemente abierta región del Bio-Bio fueron muertos por el ejército chileno en la llamada Masacre de Ránquil, otros 500 fueron hechos prisioneros y según denunció el senador por Temuco Juan Pradenas Muñoz solo 23 fueron conducidos la capital para ser sometidos a juicio siendo los restantes presumiblemente desaparecidos. La exactitud y desarrollo de los hechos son cuestionados por algunos historiadores chilenos como Ricardo Donoso en su libro "Alessandri, Agitador y Demoledor"


Aquí concluimos con los de los  sucesos de la ocupación donde caracterizo grandes asambleas y sucesos sobre la Araucanía donde se demostró parte de las concordancia y los complejo del siglo XIX lo que lo que se generó  en 1960  lo hablamos es sobre enlaces y conflictos sobre los territorios y la guerra del pacifico  lo toma arto interés y lo que influye sobre lo rasgos que competen ya que también podemos concluir es que también como el pudo convertir este territorio en un estado económico y social este personaje don Cornelio Saavedra y la difundían de Villarrica y pirufquen y los otras partes del territorio repartidos. 

miércoles, 31 de agosto de 2011

EL CRECIMIENTO HACIA AFUERA

Entre estas dos fechas se extienden 50 años de crecimiento en la economía de los países hispanoamericanos, compuesto por diferentes ciclos, (guano, caucho, salitre.), fases de expansión productiva que son la consecuencia de las nuevas demandas y necesidades que el proceso de industrialización ha creado en Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Holanda, Francia. Donde los antiguos campesinos han abandonado las tareas del campo y se han convertido en obreros industriales que ya no producen alimentos pero que los demandan de manera creciente, según aumenta su capacidad de consumo. Este hecho estimula el cultivo en tierras hispanoamericanas de ciertos productos como café, azúcar, cereales, carne y plátanos. Al mismo tiempo, los avances del desarrollo industrial en los países antes mencionados exigen nuevas materias primas. El estaño boliviano es necesario para las latas de la industria conservera de alimentos; el henequén mexicano es utilizado por las cosechadoras de cereales en Estados Unidos; el cobre peruano y chileno resulta indispensable para el tendido de la red eléctrica que ilumina ciudades y pueblos en Europa y en Estados Unidos; con el caucho extraído de la Amazonia brasileña se fabrican los neumáticos que utiliza la floreciente industria automovilística de los países industrializados.
La economía de los países hispanoamericanos ingresa, mediante estas exportaciones, divisas para hacer sus importaciones (textiles, alguna maquinaria y objetos de lujo para las élites). Y el estado obtiene, a través de las tasas aduaneras que los productos deben pagar a su salida del país, el dinero necesario para satisfacer los intereses de las deudas contraídas con los bancos británicos y alemanes. Los préstamos extranjeros constituyen la principal fuente de financiación de las naciones hispanoamericanas, que intentan cohesionar y modernizar sus tierras mediante la construcción de obras públicas (caminos, puertos, red de ferrocarril) y establecimientos sanitarios. Su dependencia de las exportaciones es, por tanto, doble, mercantil y financiera. No sólo las importaciones dependen de ellas sino también el pago de la deuda externa, lo que hace que estas sociedades sean extremadamente sensibles a las oscilaciones en los precios de sus exportaciones.

Como pronto van a descubrir, los precios de las exportaciones resultan ser mucho más inestables que los de las importaciones. El valor en el mercado de productos como él café suele sufrir fuertes caídas, debido a cíclicas crisis de superproducción (1896, 1906, 1913.). Estas caídas debilitan a los productores, que se ven obligados a vender la cosecha para pagar a los trabajadores, sea cual sea el margen de beneficio que les quede después. Las casas comercializadoras, que como se ha visto anteriormente pertenecen a firmas metropolitanas (inglesas, alemanas y, cada vez más, estadounidenses), para evitar un derrumbe similar de precios en los centros consumidores, retienen su stock y lo van lanzando al mercado de manera gradual. Esta operación "especulativa les reporta inmensos beneficios: el café es una ganga en el país productor pero mantiene su valor en el mercado consumidor, lo que dispara el beneficio obtenido por quienes lo comercializan. La debilidad de los productores se agudiza con cada crisis y les obliga, en ocasiones, a vender sus tierras para poder hacer frente a pagos y deudas. De esta manera, con cada crisis, la propiedad del sector productivo va pasando de las manos de los terratenientes locales a las de bancos y compañías extranjeras, principalmente inglesas y norteamericanas. En Guatemala, por ejemplo, los alemanes se hacen con el 60% de las haciendas cafeteras. En Brasil se cultiva en régimen de gran propiedad y los terratenientes, brasileños, que disponen de vastas influencias políticas, deciden afrontar el problema. En 1924 decreta el Instituto del Café con el fin de estabilizar los precios y evitar sus periódicas caídas mediante la compra de toda la producción. Esta iniciativa revela la fortaleza de los productores brasileños, que se deciden a ejercer un efecto regulador que proteja su producción. A largo plazo, sin embargo, la política del Instituto tendrá efectos negativos, ya que la estabilidad del precio estimula la aparición de nuevos productores, además de favorecer a otros países latinoamericanos (Colombia, Venezuela y El Salvador) en sus ventas.
Repúblicas bananeras. La implantación del banano en la mayoría de los países centroamericanos (Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Honduras y Panamá) que se dedican a su producción, casi como único cultivo, fue llevada a cabo por una empresa norteamericana, propietaria de inmensas plantaciones que llegaron a funcionar como estados dentro del Estado, con su propia moneda, policía y red de ferrocarril. Cabe imaginar la influencia y la capacidad de presión de estas grandes compañías sobre la política local: desde la corrupción dé los gobernantes hasta la intervención armada de EE UU, todo vale para asegurar los gigantescos beneficios, superiores, en muchos casos, al presupuesto nacional de estos países.
En Cuba y Puerto Rico, las grandes centrales azucareras pertenecen a firmas estadounidenses que pueden dictar sus precios a los cultivadores, gracias al control del transporte en el área productora (al igual que en el caso del banano centroamericano, los ferrocarriles que conectan las áreas de cultivo con el puerto de embarque pertenecen a las compañías comercializadoras) y de los canales de venta y distribución. Además, Estados Unidos absorbe prácticamente toda la producción de banano y azúcar latinoamericanos (que en el Viejo Mundo sufre la competencia de las colonias británicas, francesas, Jamaica y la Guayana copan el mercado europeo, y de los cultivos de remolacha en el caso del azúcar), lo que aumenta la situación de dependencia de estos países respecto al vecino del Norte.
Las pampas argentina y uruguaya se dedican al cultivo de cereal y a la ganadería vacuna. La propiedad de la tierra está en manos de terratenientes locales, pero no así los canales de comercialización. En el caso de la carne, los frigoríficos, indispensables para su enfriado y exportación, pertenecen a firmas extranjeras. Cuando la tendencia al monopolio del mercado pone en unas pocas manos las distintas firmas de frigoríficos, los terratenientes deben aceptar los precios bajos fijados por las casas comercializadoras, si quieren encontrar salida para su producción. De esta manera, sus esfuerzos en la modernización del sector y la calidad de la producción, no redundan en un aumento de los beneficios.
En el caso de las minas, los capitales nacionales son incapaces de asumir las inversiones que exige su modernización y las compañías extranjeras acceden de esta manera a la propiedad. Empresas británicas y norteamericanas se hacen con la producción de plata (Perú y México). El cobre chileno pertenece a filiales de las compañías norteamericanas Anaconda y Kennecott y la explotación petrolífera en México y Venezuela corresponde a la petrolera estadounidense Standard Oíl y a otras compañías inglesas y holandesas.

El crecimiento hacia afuera tenía la característica muy importante de vender   los productos producidos a otros países, pero para que eso se diera empresas de otros países desarrollados tendría que establecer filiales dentro del país, a fin de que exploten la MP o bienes alimenticios. Es por eso que una pequeña parte eran de personas del alto gobierno pero la mayoría de los dueños de las empresas establecidas eran propiedad de los extranjeros ya que estos traían la maquinaria al país. Esto ocasiona la creación de vías ferroviarias, aeropuertos, medios de comunicación telégrafos y con la creación de los   bancos todo esto para influir o incitar a los empresarios extranjeros a invertir en el país.

jueves, 23 de junio de 2011

LA EVANGELIZACIÓN


El 26 de Setiembre de 1493, salía Colón de Cádiz, en su segundo viaje, entre los 1500 hombres que llevaba en catorce carabelas, iban, como delegado de su Santidad, un fraile benedictino llamado Juan Boyl (que había sido designado por el papa Alejandro VI como Delegado Pontificio y Superior de la Misión en el Nuevo Mundo) y varios otros religiosos y clérigos seculares, reclutados en Sevilla. Estos eclesiásticos, por lo menos la mayor parte de ellos, apenas estuvieron un año fuera de España. El delegado Boyl, chocó con Colón sobre el trato que debía darse a los indios. Colón, resentido, ordenó que se disminuyera y aún se suprimiera la ración diaria de alimento a los eclesiásticos, quienes pronto regresaron al viejo continente en diciembre de 1494. Sólo quedaron en la Española (llamada después Santo Domingo) tres hermanos legos, los franciscanos Juan de la Deule, Juan Tizín y el ermitaño Jerónimo Ramón Pané, a quien se ha calificado justamente como el primer maestro, catequizador y antropólogo del Nuevo Mundo. El primer obstáculo grande con que tropezaron europeos y americanos para entenderse fue la falta de una lengua común. Se calcula que en esa época existían en América 125 familias lingüísticas con 600 idiomas, muchas de ellas difíciles de aprender, por eso recurrieron a las lenguas generales, es decir, las que habían logrado mayor difusión. Desde un comienzo de la colonización se utilizó el método de las encomiendas. Descubierto y conquistado un territorio, se confeccionaban los planos y se fundaba un villorio con el nombre de ciudad. Las inmediaciones se repartían entre los conquistadores, siendo una de las principales obligaciones cuidar, defender y catequizar a los indios de su territorio. Al dar posesión a un conquistador de un territorio, se decía al interesado: "A vos XX se os encomiendan tantos indios en tal cacique y enseñadles las cosas de nuestra santa fe católica". De ahí las palabras encomienda y encomendero. A su costa, tenía éste en su encomienda un encargado, sacerdote o seglar, que diariamente enseñaba la doctrina cristiana a los indios y por eso se llamaba doctrinero. De tiempo en tiempo, pasaba por ahí algún misionero, examinaba a los candidatos y bautizaba y administraba los demás sacramentos, a los que estaban suficientemente preparados. En 1495 los reyes Católicos ordenaron que pasasen misioneros a las tierras descubiertas. La isla Española fue el sitio donde franciscanos, dominicos y mercedarios, ensayaron el modo más apropiado para desempeñar debidamente su misión. Comenzaron por catequizar a los niños, posteriormente  con los adultos. En 1502 comenzaron a construir iglesias en Santo Domingo, dando alas a su celo apostólico y, acompañados de algunos sacerdotes del clero secular, pasaron a las demás islas, y así se civilizó a los moradores de las Antillas.
En 1511 se crea la primera diócesis latinoamericana en Santo Domingo, a las que seguirán Puerto Rico (1511), Concepción de la Vega (1512) y la Abadía de Jamaica (1515). En 1547, Santo Domingo sería elevada a Arquidiócesis, constituyéndose en cabecera de la Iglesia en el Caribe. En 1513, Vasco Núñez de Balboa logra introducirse por el istmo de Panamá y descubre el Océano Pacífico, al que denominó Mar del Sur. En el mismo año, se constituye en diócesis Panamá, que sería la primera diócesis erigida en tierra firme. Desde ese momento se convierte esa región algo así como en un centro de operaciones. De Castilla de Oro salen expediciones civilizadoras hacia la América Central y por el istmo de Panamá pasa la corriente cristiana hacia la América del Sur. Los mercedarios fueron los capellanes de muchas de estas arriesgadas expediciones y los primeros en construir conventos en Guatemala y otros puntos de América Central. En aquellos lugares donde, por lo malsano del clima, por la aspereza del terreno, por estar lejos del poblado o por otra razón cualquiera, no se repartían encomiendas, y esto ocurría en la mayor parte del continente, fueron los heroicos misioneros de las Órdenes religiosas los protagonistas de la evangelización. Aquellos primeros misioneros se internaban en los bosques o en los desiertos y serranías donde los indios vivían dispersos y, exponiendo su vida, los reunían en un sitio determinado. Ayudados por ellos, construían un rancho-capilla donde enseñaban la doctrina y decían misa. En su contorno levantaban los indios sus viviendas y a eso se llamaba las doctrinas, que fueron el origen de muchas parroquias, obispados, pueblos y ciudades de América... Años y años pasaba ahí un religioso hasta que, crecida la doctrina y ya con el nombre de parroquia formada, pasaban a otras manos y los misioneros, dando un último adiós a sus fieles convertidos, pasaban a otra región en busca de lugares desconocidos a aprender otras lenguas, entenderse con otros indios y formar nuevas doctrinas para repetir la historia. Mención especial merece la evangelización de Méjico. En 1516, Hernán Cortés llevó en su expedición al territorio Mexicano al P. Mercedario Bartolomé Olmedo, quien con todo esmero catequizó a los naturales de la región. En 1524 moría el primer evangelizador de Méjico, fecha en que llegaron del viejo continente doce religiosos franciscanos (los "doce apóstoles franciscanos") que continuaron la labor misionera. La primera diócesis en territorio mejicano fue Tlaxcala, creada en 1519, seguida de la de Méjico (1530) que luego sería elevada a arquidiócesis en 1547 y constituida en cabecera del territorio centroamericano y norte del sudamericano.
Gracias al espíritu organizador de Pizarro y a la riqueza de la tierra, fue el Perú, la región más importante de América. Ahí establecieron sus conventos las Órdenes religiosas y tuvieron por todas partes misiones y doctrinas. También salieron de ahí expediciones militares y evangélicas hacia las demás regiones de la América española. De ahí salió el capitán Sebastián de Belalcazar en 1533 hasta llegar al Ecuador, donde funda en Diciembre de 1534 la ciudad de San Francisco de Quito. Con él, fue el sacerdote mercedario Fray Hernando de Granada quien tuvo a su cargo la evangelización de Ecuador y Colombia. En el Ecuador tuvo más auge la acción evangélica de los religiosos, que en otras partes de América. En 1546 se crean las diócesis de Quito (Ecuador), y de Popayán (Colombia)
Años después, con la supresión de las encomiendas, se produjo una crisis en los nacientes pueblos y los religiosos tuvieron que cerrar sus casas.
En 1535, Diego de Almagro parte con su expedición hacia el sur, atravesando los actuales territorios de Bolivia y norte de Argentina para luego atravesar los Andes y llegar a Chile a fines de 1535. Acompañaban esta expedición dos sacerdotes mercedarios, el P. Antonio Solís y Antonio de Almansa y el clérigo Cristóbal Molina. De su paso por el territorio Boliviano, surgen las comunidades que darán origen a la diócesis de Charcas o la Plata en 1552, que luego será elevada a arquidiócesis en 1609.
En general, los primeros evangelizadores de América Latina se propusieron tener como modelo de evangelización para nuestro continente la metodología que se había empleado para la Iglesia Primitiva. La primera medida evangelizadora que tomaron los misioneros españoles fue la de destruirle a los indígenas sus lugares sagrados y sus objetos religiosos de culto, porque, según parecía, todo era pagano. Amortiguaban la dureza del procedimiento porque daban primero una orden para que los indígenas mismos destruyeran sus pertenencias culturales y, si no obedecían, entonces los militares lo hacían con gran violencia. La cristianización se hizo buscando acabar con tradiciones, autoridades y valores antiguos, haciéndolos aparecer perversos o inadmisibles. La religión estuvo íntimamente ligada a la opresión colonial: en el afán por convertir a los indios al cristianismo, se utilizó la violencia, como método de extirpación de cultos autóctonos. En esta forma, se subvaloró la religión del indígena, con la convicción de portar una religión y cultura superior. Se buscó evangelizar y "civilizar" al mismo tiempo, utilizando el modelo español, pues se pensaba que la religión indígena era una superstición. Es importante mencionar tres elementos que fueron utilizados ampliamente en la evangelización americana, Doctrinas, Encomienda, Reducciones.





jueves, 26 de mayo de 2011

EL MESTIZAJE

Mestizo se denominó en la América colonial al hijo de un español y una india, y en términos amplios, a quien descendía de ancestros españoles e indígenas en algún grado, por lo que el mestizaje calificó usualmente el intercambio entre españoles e indios, si bien el término es igualmente válido para cualquier otro tipo de cruzamiento biológico interétnico. De aquí que el término «raza» sea tan controvertido, ya que no existe ninguna pura o propiamente dicha. Se acepta no obstante la existencia de 3 grupos raciales, que son los blancos, los  amarillos, y los negros, pero es imposible establecer subdivisiones raciales dentro de ellos, como han pretendido algunos planteamientos políticos racistas El mestizaje interétnico es un fenómeno que se produce desde la Prehistoria.

En Europa fue particularmente importante a comienzos de la Edad Media, con grandes migraciones de pueblos nórdicos y asiáticos, y continuó luego ininterrumpidamente, produciendo verdaderos complejos étnicos. La ampliación del mundo, producida por el descubrimiento de América a fines del siglo XV, activó aún más el mestizaje, especialmente en el Nuevo Continente, en donde afluyeron grupos muy diversos: españoles, portugueses, franceses, africanos, etc. El mestizaje fundamental se dio, como señalamos, entre los españoles, los indios y los negros, ninguno de los cuales era obviamente una raza; los españoles, por ejemplo, procedían de ancestros muy diversos: indoeuropeos, semitas y camitas y los indios eran producto del cruzamiento de grupos mongoloides, australianos, malayo-polinésicos y del sureste asiático.

El mestizaje de españoles e indios se inició en el primer viaje de Cristóbal Colón, y aumentó con el proceso de colonización, por razones muy diversas, el escaso número de mujeres españolas durante los primeros años de colonización (apenas un 10% de los hombres); los factores de prestigio favorables a la unión de mujer india con el español; los escasos prejuicios raciales de éste (el español tenía muchos prejuicios religiosos y hasta sociales, pero no raciales); los regalos de mujeres indígenas a los conquistadores como garantía de tratados de paz; la juventud de los pobladores ibéricos (su promedio de 20 años); y la ruptura de los rígidos patrones culturales ibéricos en el medio americano. La aparición de los mestizos fue una sorpresa para la Corona, que había pensado en una sociedad indiana bipolar de españoles e indios, pero fue interpretada como una unión de las 2 «razas», que consolidaba, en definitiva, el dominio español. Los mestizos gozaron de gran prestigio a comienzos de la colonización pues sus padres eran conquistadores, y a menudo, sus madres eran mujeres indígenas de gran rango, y fueron adscritos al grupo español,La situación comenzó a cambiar de signo al promediar el siglo XVI, cuando aumentó el prestigio de los criollos y bajó el de los mestizos, pues estos últimos fueron ya frecuentemente resultado de uniones ilegítimas. No representaban aún ningún peligro para la sociedad dominante, pues se les prohibió ejercer determinados oficios sin autorización real, portar armas y ser caciques en los pueblos de indios. La situación se agravó en el siglo XVIII, cuando su enorme crecimiento demográfico empezó a alarmar a los estamentos dominantes. Téngase en cuenta que los mestizos eran en Hispanoamérica el 3,5% de la población a mediados del siglo XVII (según Ángel Rosenblat) y un siglo después representaban ya el 28% de la misma, convirtiéndose en un elemento desestabilizador de la sociedad, pues presionaban sobre las tierras de los indios y respaldaban todo tipo de agitación, como ocurrió en las revoluciones antifiscales, e intervinieron también decisivamente en el movimiento emancipador.

Mestizaje fue también el cruce entre españoles y negros, cuya primera hibridación fue llamada mulato. El problema fue igualmente insignificante al principio, pero aumentó de grado cuando se produjo el gran tráfico esclavista para el laboreo de las minas y las haciendas. Las mezclas fueron cada vez más complejas, como el cuarterón (español y mulato), el quintero (español y cuarterón). También se produjo el mestizaje de indios y negros cuyos resultantes fueron llamados zambos. El mestizaje originó en Hispanoamérica una sociedad mentalizada, en la que el grupo «blanco» dominante, especialmente en los sectores urbanos, comenzó a subclasificar a los distintos grupos humanos producidos por los cruces.

El mestizaje ha sido uno de los temas fundamentales en los continentes americanos pero especialmente en América Latina. Esta característica de fusiones culturales, ha sido acogida en las últimas dos décadas para explicar el fenómeno de la pluralidad en Iberoamérica. Así mismo, esta misma ideología le ha dado fuerza a la teoría de que detrás de la percepción de la sociedad como producto del mestizaje existe un fenómeno enmascarado de racismo y exclusión. Estudios recientes tienden a llamar la atención sobre la necesidad de reformar el derecho para poder hacer frente a una realidad antes inexistente o ignorada: la pluralidad de la sociedad.

miércoles, 27 de abril de 2011

LA CONQUISTA ESPAÑALA EN CHILE “Leyenda Negra o leyenda rosa”






Su origen está en el siglo XVI, a raíz de la rebelión de los Países Bajos contra España. La publicación en 1581 de la “Apología o defensa del príncipe Guillermo de Orange”, justificando su deslealtad con Felipe II y acusando a éste y a los españoles de toda clase de desmanes, encontró rápidamente eco entre otros estados y príncipes europeos, que recelaban ante la indiscutible hegemonía española en el siglo XVI.

La Leyenda Negra de España se refiere  a la crueldad, el oscurantismo y la tiranía política que atribuían a ese país sus enemigos religiosos y políticos. A la crueldad se la ha querido ver en los procedimientos llevados a cabo para conquistar los territorios americanos e implantar la fe o defender a ésta en Flandes; el oscurantismo es la presunta obstrucción impuesta por España a todo progreso espiritual y en cualquier actividad de la inteligencia, y la tiranía está referida a las restricciones con que se había ahogado la libertad de los descendientes de españoles nacidos en el Nuevo Mundo y a quienes pareciera que se hubiera querido esclavizar.

Fue entonces una conveniente arma para los enemigos de España y Portugal en las guerras religiosas, marítimas y coloniales de esos cuatro siglos. La superioridad española (dueña del imperio más grande del mundo) con respecto a los demás países europeos era, en esos tiempos, más que notable.

Según esta leyenda negra los españoles se han mostrado históricamente como excepcionalmente crueles, intolerantes, tiránicos, oscurantistas, vagos, fanáticos, avariciosos y traidores, es decir, que se diferencian de tal modo de los demás pueblos en estas características que la historia de España deber ser vista y comprendida en términos que no son empleados habitualmente para describir a otros pueblos.

La Leyenda Negra es una cuidadosa distorsión de la historia española realizada por sus enemigos para mejor combatirle, una distorsión lo más monstruosa posible a fin de lograr el objetivo marcado: la descalificación moral de ese pueblo, cuya supremacía había que combatir por todos los medios, incluida la mentira. Las actuales corrientes historiográficas analizan las causas de la gran mortalidad ocurrida en América en el siglo XVI, a la llegada de los españoles. Se admite que las batallas causaron miles de muertos, así como el trabajo forzoso en minas y pesquerías. Pero se destaca la importancia de las enfermedades transmitidas por los europeos, como la viruela, gripe, sarampión, tifus, etc. ante las cuales se encontraba indefensa la población indígena, aislada hasta entonces, y que causaron gran mortalidad.

Pese a la idea extendida de que los españoles causaron un desastre demográfico con la muerte de muchos millares de indios, hay que reconocer que tuvieron la genialidad de mezclarse y crear una raza nueva, la raza mestiza, una de las más apasionantes, creativas e innovadoras. La  labor desarrollada por la Iglesia, en colaboración con la Corona española desde los primeros tiempos, ocupándose no solo de evangelizar, sino de crear instituciones culturales, educativas, asistenciales, como universidades, colegios, hospitales, etc., sentando así las bases para la formación de la sociedad latinoamericana.

Leyenda Negra como es de entender que los españoles al venir a conquistar destruyeron mucho y cometieron miles de barbaridades,  pero a la vez dieron un impulso a lo que es el desarrollo de los pueblos conquistados pero esto no justifica la forma de cómo se llevo a cabo esta conquista el abuso fue demasiado y el atropello de la a las  personas afectadas dejo una ella que no se olvidara fácilmente y que quedara en la historia como una conquista y un desarrollo necesario para lo que somos hoy en día, pero la forma no fue la correcta.