jueves, 27 de octubre de 2011

¿Cuáles fueron los conflictos de la guerra del pacifico?

La guerra del pacífico, conflicto entre Chile y las naciones del Perú y Bolivia, se desarrolló desde el 5 de abril de 1879, fecha en la cual Chile declara la guerra a ambos países, hasta el 10 de julio de 1883, fecha en la cual Chile triunfa en la batalla de Huamachuco. En 1878, el presidente de Bolivia Hilarion Daza, subió los impuestos a los productos chilenos y ordenó el remate de las salitreras. La situación provocó la ruptura de las relaciones chilenas con el gobierno boliviano .La flota chilena se dirigió al norte y llegó a Antofagasta tomando posesión de la ciudad.

Alrededor del año 1870, nadie pensaba que en la zona fronteriza entre Bolivia y Chile fuese un lugar donde, de un momento a otro, podría estallar una guerra. Como es cotidiano en la historia de los conflictos la causa principal fueron los recursos, en el caso de esta guerra fue  el guano el elemento por lo que se inciaron las disputas. El mismo era muy demandado por entonces, pues servía como el mejor fertilizante que se podía encontrar en el mundo, algo que en especial los países europeos, demandaban bastante. Por aquel entonces,  el Perú, otro de los protagonistas del conflicto, no tenía fronteras con Chile, hay que aclararlo.

Ahora bien, la Guerra del Pacífico tiene sus causas en la explotación que algunos capitalistas chilenos hicieron del guano en Atacama, territorio boliviano. Esto fue algo ilegal por supuesto y La Paz hizo sus reclamos respectivos. Santiago respondió que los límites con ese país se hallaban en el paralelo 23, y no en el 25 como sus pares bolivianos alegaban. Finalmente el presiden boliviano Melgarejo estableció los límites en el paralelo 24. Pero en el año 1871, este último fue derrocado y el nuevo gobierno desconoció lo pactado con Chile, lo que fue visto como una traición.  La gota que derramó el vaso fue el pacto defensivo  que Perú y Bolivia firman, conocido como el Tratado de 1873. Sin embargo, pese a su carácter pasivo, resulta inexplicable el por qué se le dio categoría de oculto, debemos dar énfasis a la palabra “categoría”, pues sólo era de nombre, ya que para los gobiernos de Argentina, Chile, Ecuador y otros países, jamás fue desconocida su existencia. Por otro lado queda patente que Perú y Bolivia sólo buscaban defenderse mutuamente en caso de cualquier agresión, debido a que luego de la firma del mismo, no se embarcaron en una carrera armamentista. El gobierno de Santiago,  en cambio, tenía efectuado ya un plan expansionista, y prueba de ello, son los blindados Cochrane y Blanco Encalada, así como los cañones Krupp, los que no tenía competencia en la región.
Mientras los capitalistas ingleses, chilenos,  y en menor medida,  peruanos y bolivianos, estaban en Antofagasta (capital de Atacama), disfrutando de la fiebre del salitre. En 1874 La Paz y Santiago vuelven a firmar otro pacto en el cual se ratificaba el paralelo 24 como el límite de ambos países, y además Bolivia prometió no aumentar los impuestos respecto de la explotación del salitre en 25 años, mientras que Chile renunció a explotar los minerales en Atacama. Sin embargo,  todo empezó cuando Hilarión Daza, un boliviano declarado anti-chileno, llega al sillón presidencial. Una de sus primeras medidas fue tratar de entenderse con los capitalistas chilenos y extranjeros de la Compañía anónima del salitre. Al final, harto de tantos obstáculos, en el 78 exigió que la empresa le pague unos 90 mil pesos como derechos adeudados, a partir del año siguiente, el 14 de febrero exactamente, conocida como la Ley de los diez centavos por cada quintal de salitre exportado desde Antofagasta. Pasó un año de negociaciones infructíferas, y recién el 1 de febrero de 1879 Daza reivindicó las salitreras de la compañía para Bolivia confiscando sus bienes para un remate. Obviamente, Chile no tardó en reaccionar y reunió unos 500 soldados que se embarcaron en el Cochrane, el Blanco Encalada y en la corbeta O´Higgins. Sin previa declaratoria de guerra, llegaron a tomar el puerto de Antofagasta sorpresivamente y sin más dilaciones anunciaron que se reivindicaba todos los territorios al sur del paralelo 23 para Chile. No mucho después, los chilenos ocuparon toda Atacama y sus buques comenzaron a patrullar los mares aledaños. Bolivia se despidió en aquel febrero de 1879, de tener un mar propio, hasta la fecha.

Obviamente, tal situación dejó tremendamente comprometido a un país que, en teoría, debía estar ajeno. Nos referimos al Perú. A Santiago fue enviado el ministro de este país, llamado José Antonio de Lavalle. Algunas fuentes citan que a su llegada los chilenos se ensañaron con el consulado peruano en Valparaíso arrancando el escudo de la fachada, y quemando inclusive negocios y propiedades de ciudadanos peruanos en ese lugar. Al llegar frente de las autoridades chilenas, Lavalle declaró no conocer del Tratado del 73 debido a que había estado en Europa, cuando el documento le fue puesto en cara. Sea como sea, en medio de todo ese sombrío contexto para las tres naciones, Bolivia le declara la guerra a Chile y exige que cumpla lo estipulado en el dichoso tratado. Santiago le pidió a Lima, asimismo, mantenerse neutral. Al final, ante la indecisión de los peruanos y su clara tendencia a permanecer fiel a Bolivia, los chilenos le declaran a la guerra a Perú el 5 de abril de 1879. De hecho, no se perdió mucho tiempo y los barcos la Esmeralda y la Covadonga, bloquearon el puerto peruano de Iquique ese mismo día.

Como Perú y Chile eran dos países con un largo litoral, la guerra primero iba a definirse por mar. Ambos eran también los únicos que contaban con escuadra, pues Bolivia carecía de una. Veamos el poderío de ambas armada. Por un lado tenemos a Chile, cuya Marina estaba dirigida por el almirante Juan Williams Rebolledo. Entre sus unidades tenemos a los citados acorazados Cochrane y Blanco Encalada de 3650 toneladas cada uno, seguido de las corbetas Chacabuco y O´Higgins, los buques de madera Esmeralda, Covadonga, Magallanes y Abtao. Además tenían alrededor de quince barcos de transporte destacándose el Rímac y el Matías Cousiño. También hay que resaltar que los chilenos habían seguido un modelo al británico, y sus marinos estaban bastante mejor preparados y entrenados para la guerra.
Por el bando peruano la Marina estaba comandada por el almirante Miguel Grau, y tenía a la fragata blindada Independencia de 2004 toneladas, el monitor blindado Huáscar, la corbeta de madera Unión, y otros barcos como el Pilcomayo y los viejos monitores Manco Capac y Atahualpa. Estos dos últimos, empero estaban deteriorados y sólo podían flotar. Los transportes peruanos sumaban el Chalaco, la Oroya, la Limeña y el Talismán. La marina del Perú en sí, no estaba preparada para la guerra, y según el historiador peruano José Antonio del Busto, muchos de los barcos enlistados habían sido reclutados a estibadores y fleteros.

Para que no queden dudas de que Chile estaba bien pertrechado y preparado, hemos citado que sus barcos ya se paseaban por las costas bolivianas y más tarde peruanas tras la declaratorio de guerra. En cambio, en el puerto del Callao en Perú, la improvisación era lamentable. Sólo a mediados de mayo, el Independencia y el Huáscar estuvieron listos para llevar material humano y de guerra hasta Arica. Una vez dejaron allí lo necesario, incluyendo al presidente y general peruano Mariano Ignacio Prado, ambas naves partieron a Iquique.

Pero Chile ya estaba enterado de estos movimientos realizados por sus enemigos, por lo que envió su flota a interceptarlos, sin embargo, debido a la niebla, ambas se cruzan sin detectarse.

Ese enfrentamiento tendría lugar el 8 de octubre de 1879 cuando el Huáscar siempre liderado por Grau, partió de Antofagasta junto con la corbeta Unión rumbo al norte. Se percataron que el Blanco Encalada, el Marías Cousiño y la Covadonga les cerraban el paso al noreste, y cuando quisieron marchar hacia el noroeste, allí estaba el Cochrane, el O´Higgins y el Loa. Grau le permitió al Unión marcharse y se preparó a enfrentarse solo a esa gigantesca flota alrededor de las 9:18 de la mañana.

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